He participado como ponente en las jornadas “Mujeres en el medio rural: cultura comunitaria para la construcción de nuevos imaginarios” celebradas en el Museo Nacional del Prado en octubre de 2024. He tenido el placer de compartir estas jornadas junto a Griselda Pollock, Yayo Herrero, Encina Villanueva, Amparo Moroño, Begoña de la Riva, María Sánchez, Lucía Loren y Miriam Soliva.

Intervine en la mesa redonda “Cultura comunitaria para construir nuevos relatos sobre (y con) las mujeres rurales” junto a profesionales y proyectos clave del ámbito de la producción artística y cultural ecofeminista. Las aportaciones comenzaron explicando nuestros contextos de trabajo para luego entrar en el debate en torno a las siguientes cuestiones:
¿Qué urgencias detectamos en las narrativas, discursos culturales e imaginarios que consumimos sobre las mujeres rurales y sus roles en los territorios? ¿Qué lugares comunes detectamos en los modos de representar a la mujer rural en el arte, la literatura, el cine..? ¿Por qué es importante abordar discursos críticos y procesos de investigación con mujeres desde el medio rural? ¿Por qué y cómo hacerlo desde procesos comunitarios?
Las jornadas se enmarcan en el proyecto Del Valle al Prado, una iniciativa colaborativa entre el Museo Nacional del Prado y un grupo de mujeres de la Mancomunidad del Valle del Jerte, iniciada en el otoño de 2019. Su objetivo principal es explorar y reflexionar sobre la representación de la vida rural y los imaginarios de la mujer rural presentes en las colecciones del museo. A través de encuentros periódicos, producción artística y visitas al museo, se busca construir un espacio de conocimiento compartido que aborde estas temáticas desde una perspectiva ecofeminista.
Una de los resultados de este proyecto fue la exposición fotográfica «Florecer. Naturalezas vivas e interdependientes», resultado del trabajo conjunto entre las participantes del Valle del Jerte y el Área de Educación del Museo del Prado. Esta muestra tiene como finalidad abrir un diálogo sobre las realidades de la mujer rural y su relación con el entorno natural, destacando su contribución a la cultura comunitaria.
La cultura comunitaria puede ser un vehículo para el empoderamiento de las mujeres rurales, al visibilizar su trabajo y fomentar su participación activa en espacios de liderazgo. Proyectos como Del Valle al Prado, que establecen diálogos entre mujeres rurales y la cultura institucional, demuestran cómo las perspectivas y saberes campesinos transmitidos por las mujeres, pueden contribuir al enriquecimiento cultural y a la construcción de nuevos imaginarios.